Los tamalitos de Olga
M, L: José Fajardo (Cuba)
Distribution
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Olga la tamalera cocina que se pasó
se los vende con pimienta y el que los prueba se come dos.
Camina con gran dulzura, conquista en su pregón
bailemos todos cantando la tamalera Olga se pasó.
Me gustan los tamalitos, los tamalitos que vende Olga, Olga
Me gustan los tamalitos, los tamalitos que vende Olga, Olga
Pican, no pican, los tamalitos que vende Olga, Olga
Pican, no pican, los tamalitos que vende Olga, Olga
"Olga Moré Jiménez, vendedora ambulante, que se ganaba la vida, valiéndose de sus habilidades culinarias para vender un manjar popular de la cocina criolla y tradicional cubana y de América: el tamal de maíz en hojas. Féliz y José Antonio Fajardo, eran asiduos consumidores de estos tamales." (From Wikipedia entry)
Another version (by Oscar de Leon)
Olga la tamalera
cocina que se paso
se los vende con pimienta
y el que los prueba se come 2
Pregona con dulzura
y conquista su pregon
Bailemos todos cantando
la tamalera Olga se paso ( REP . desde arriba )
Primer Coro:. ( pica y no pica ,
los tamalitos , que vende Olga )
Esa morena cocina
eh , que a todos nos provoca ( rep coro )
Y el que escucha su pregon
se come 1 , 2 o tres o 4
Yo me como 10 , con Carmona !
Olga la Tamalera
By Lilia Bustamante
in Juan F. Perez "Tradiciones" (website)
Este simpático personaje femenino
ganó el nombre de Olga la Tamalera porque como otros tantos vendedores
callejeros de Cuba, se valía de sus habilidades culinarias para vender un manjar
popular de la cocina criolla y tradicional: el tamal en
hojas.
Olga no vendía su mercancía por
la calle ni tocaba de puerta en puerta como la mayoría de los vendedores. Ni
siquiera pregonaba lo que vendía.
Olga tenia cierta famosa
categoría: por su puerta desfilaban en busca de sus ricos tamales caseros, toda
clase de personas. Le encargaban con anticipación para celebrar bodas,
cumpleaños y todo tipo de festejos.
Los tamales de Olga estaban
elaborados de modo muy peculiar. Usaba harina de maíz tierno; lavaba la
amarillenta masa hasta despojarla de la pajusa blanquecina que dejaba la cáscara
del maíz al rayarlo en el guayo; lo sazonaba a su manera, le agregaba carne
molida de cerdo y un toquecito especial de sal y pimienta. Envolvía
habilidosamente la mecía en hojas del mismo maíz y los ponía a cocinar en agua
hirviente. Al final Olga lograba unos tamales en hojas exquisitos, muy
diferentes de los que expendían en las fondas y cantinas a
domicilio.
Su fama trascendió de Cienfuegos
a La Habana y se extendió por toda la isla, y no precisamente porque su
minúsculo negocio alcanzara magnitud económica significativa, sino porque la
orquesta Aragón en la década de los 59, cuando se llamaba todavía Orquesta
Típica Cienfueguera, incorporó a su repertorio una canción con mucho ritmo, como
la que ahora han dado en llamar "salsa", que se populariza rápidamente, y que en
su parte melódica decía: Me gustan los tamalitos / los tamalitos que vende Olga
/ Pican, no pican / los tamalitos que vende Olga, Olga.
Al llegar al montunisonsonete,
agregaba: Olga, la tamalera / cocina que se paso / Si quieres comer sabroso.
pruébelo, pruébelo y volvía a Olga, la tamalera, cocina que se
paso.
"Cuenta el músico cubano Fajardo,
a sus felices 80 años desde Nueva York, que allá por los años 50 en Cuba, cuando
tocaba en la orquesta de Fajardo y sus Estrellas, conoció a Olga la tamalera,
que probo sus tamalitos y que le gustaron tanto que decidió componerles una
canción, que fue precisamente: "Olga la Tamalera " que alcanzo enorme
popularidad por las ondas radiales de entonces.
La canción pegó de modo
increíble. La gente la cantaba y la bailaba en todos los guateques y fiestas,
sin importarles si conocían o no físicamente a Olga.
Su fama llegó al exilio y hasta
existen y han existido un par de fabricas de tamales caseros cubanos con el
nombre comercial: Tamales Olga y Olga la Tamalera (que no son mas que tamales
caseros, como los de Olga la Tamalera.)
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